lunes, 12 de septiembre de 2011

Carta a los grupos políticos municipales

En su mundo de cifras, en el que tantas veces parece que vale más un voto que un ciudadano, hay una que me preocupa sobre todas. No es, aunque escandalice, la del desempleo; ni tampoco la misteriosa prima de riesgo, que ni nos da ni nos priva de comer. Pero tal vez les resulten familiares los números 135.3. En el marco de una reforma constitucional traicionera y antidemocrática, los dos grandes partidos del Estado incluyen una cláusula trampa. Es más que discutible la conveniencia de un techo de gasto constitucional, pero resulta inaceptable un punto que explicite que el pago de la deuda sea prioridad absoluta ante cualquier otro gasto, aunque se traten de prestaciones básicas también recogidas en una Constitución que tantas veces fue intocable hasta que los mercados impusieron su ley.

Quiero pedirle al grupo municipal del PSOE que, si alguno de sus miembros comparte las discrepancias de muchos de sus diputados, tengan la valentía de demostrarlo públicamente y, al menos, manifiesten su voluntad de ratificar la reforma a través de una consulta popular vinculante.

Al grupo municipal del BNG me gustaría pedirle un ejercicio de coherencia con la postura de su partido a nivel nacional. Si sus representantes locales comparten la misma, deberían ser conscientes de su situación clave en la política de nuestra ciudad. Facta, non verba, se imponen ahora que la situación lo requiere.

En cuanto al grupo municipal del PP, querría ta sólo pedirles que mantengan un mínimo de dignidad y pidan la ratificación de la medida a través de un referéndum, ya que el secuestro de nuestra preciada democracia no debería ser permitido por ningún verdadero demócrata.

También me gustaría que el grupo local de IU, siguiendo la línea nacional, traslade por todos sus medios a la política municipal la necesidad de parar esta reformacon toda la determinación que la situación exige.

Finalmente, me gustaría que la ciudadanía fuera consciente de la realidad que políticos y medios de comunicación nos cuentan, pero también de lo mucho que constantemente nos ocultan.