miércoles, 16 de noviembre de 2011

Grecia ha sido la primera víctima de los mercados en Europa. Después, Irlanda, Portugal, Italia y por supuesto España. Parece que nadie podrá librarse de la dictadura de los mercados. Ha quedado demostrado que la democracia no existe en ningún país, es todo fachada. En el momento en que el primer ministro griego anunció que iba a celebrar un referendum y pedirle al pueblo heleno la aprobación o no de los ajustes, la Unión Europea amenazó como cualquier familia mafiosa: "o haces lo que te digamos, o atente a las consecuencias". Papandreu dimitió a las pocas horas. A día de hoy nadie le ha preguntado a los griegos lo que quieren que sea su país, a pesar de que llevan haciéndose oír durante meses en las calles, aunque aquí todo nos llegue difuminado por la censura de los medios de comunicación. A nosotros tampoco nos ha preguntado nadie si queríamos modificar la otrora intocable constitución. PSOE y PP, dando una vez más la muestra de que son lo mismo y tienen los mismos jefes, se pusieron de acuerdo rápidamente para hacer la reforma de espaldas al pueblo para contentar a Angela Merkel. Con el silencio cómplice de los medios. Es un golpe de estado encubierto y ningún medio lo ha reflejado así. El 15M en nuestro estado ha surgido por eso mismo. Por el silencio. La ciudadanía parecía dormida, los partidos políticos mayoritarios, e incluso los que en otro tiempo fueron alternativos (aquí en Galicia tenemos un ejemplo) se convirtieron, después de su paso por gobierno autonómico, municipales o diputaciones, en más de lo mismo. El movimiento sindical ha defraudado y desencantado a los trabajadores, y ya no digamos a los parados, que parece que no se acordaron de ellos. Es normal, ya que del mismo modo que los partidos políticos dependen de la oscura financiación de empresas, bancos, etc y por ello no van a contradecirlos, los sindicatos dependen en la mayor parte de las subvenciones del estado y por lo tanto tampoco lo harán. Esto se ha acentuado más cuando quién gobierna es un supuesto partido de izquierdas a nivel estatal. "No nos quejemos, que si gobierna "el otro" será peor". Pero es lo mismo. En la práctica, PPSOE son los chicos de los recados de los bancos. Del mismo modo, los medios de comunicación (todos sin excepción al servicio de partidos políticos, lo que es decir, también al servicio de los mercados) han hecho un ejercicio digno de censura y de mirar para otro lado. Todo esto se parece más a una dictadura que a una democracia. Una "dictocracia" La gente lo único que puede hacer es votar, cambiar un gobierno por otro, para que nada cambie.

Ahora estamos en campaña electoral. Una campaña en la que los partidos políticos mayoritarios, PP, PSOE, CiU y PNV, se han sacado de la manga una ley para dificultar que un partido minoritario se pueda presentar exigiendo avales. Ya no les vale con la Ley d'Hont y lo que es peor, la circunscripción provincial. Ahora ya directamente se trata de prohibir presentarse a las elecciones. El debate electoral a dos, es decir un monólogo realmente, se ha parecido más a una tertulia del corazón que a otra cosa. Política con una p cada vez más minúscula. Desde el 15M no pedimos el voto para ningún partido, aunque es cierto que no queremos a un PPSOE con cada vez más poder. Pero nuestro trabajo no son las elecciones. Nuestro trabajo es informar a la gente de lo que de verdad está pasando. Para ello, creemos que necesitamos abrirnos al mundo. Aún cuando sabemos que relacionarnos con sindicatos, partidos minoritarios o asociaciones puede actuar en contra, ya que desde el primer minuto han querido utilizarnos para sus intereses. Muchas veces hemos visto como partidos de izquierdas y sindicatos nos han mirado con desdén, como si fuesemos "la competencia". Nuestra intención nunca ha sido esa, pero esperamos que haya servido como toque de atención para ellos. Se ha demostrado, que sin dinero ni subvenciones, ni patrocinados por ningún grupo, medio de comunicación o religión, se puede convocar una manifestación a nivel mundial, como ocurrió el 15O. Precisamente esa es nuestra fuerza, no tenemos dueños, el 15M es de la gente y será lo que la gente quiera que sea.

Necesitamos, ahora más que nunca, la ayuda de cuanta más gente mejor, todos podemos sumar.. Cuanta más gente participe y salga a la calle, nuestro grito será más fuerte.